domingo, 2 de agosto de 2020

Prevención / Prohibición: eterno dilema

Posiblemente como en otras ocasiones con esta entrada me meteré en algún charco y seguiremos siendo políticamente incorrecto, pero bueno nunca me ha preocupado no lo va a ser ahora. Escribo desde lo que creo, siento y pienso que es lo correcto y justo, no es mi intención contentar a nadie, en definitiva escribo en libertad.

Hace unas semanas saltó el debate del ocio nocturno: cerrarlo, prohibirlo... todo a raíz de los incrementos en el número de personas que se han ido infectando por el COVID-19, obviamente se está ante una pandemia no sólo nueva en cuanto al virus, sino también en cuanto a las implicaciones a todos los niveles que requiere de la máxima intervención, compromiso y responsabilidad, siendo para ello las administraciones públicas las primeras en dar ejemplo. Cuando saltó la epidemia todas y todos miramos al estado, miramos a lo público, hasta los más neoliberales, han pedido y piden reacción y acciones desde lo público, da igual que durante años y años y en su ADN lo que esté es eliminarlo, para que otra/os "hagan negocio".

Está claro que si los datos y desde la información que se dispone viene a indicar que en el ocio nocturno, y entre la gente joven, es donde más riesgo de contagio se está produciendo hay que intervenir sin esperar un minuto. Pero si que me viene alguna pregunta a la mente:

- No se pensó antes de la llamada desescalada, cuáles pudieran ser los escenarios y los sectores de población con mayor riesgo de cara a una segunda oleada o un incremento en el número de contagio¿?, esto hubiera sido PREVENCIÓN.

Personalmente pude intervenir en la comisión constituida en el Ayuntamiento de Málaga para la denominada reconstrucción, en la Mesa de cohesión social, en representación del sector de adicciones, transcribo literalmente lo que se aportó desde el sector como propuesta referente a la juventud: 

"En los momentos actuales de desescalada y en los que pueda venir, es muy probable que se incrementen las situaciones de riesgo en el consumo de sustancias a la hora de compartir, en esta población, ya que esta situación pudiera convertirse en un factor de contagio, de ahí que campañas y medidas en este sentido tanto a comercios como a los jóvenes de manera directa y con carácter presencial, para un consumo responsable se consideran esenciales" (5 de junio 2020), esto es cien por cien PREVENCIÓN.

Fuente: Intervención de la Asociación Cívica para la Prevención y titular de El Pais
https://elpais.com/sociedad/2020-07-23/espana-pone-coto-al-ocio-nocturno-para-contener-el-coronavirus.html


Hoy dos meses después los datos en las últimas semanas en cuanto a personas con el virus no hacen sino que incrementarse, lo que nos pone ante escenarios futuros que muchos pensamos que están más cerca que lejos, aunque ni quisiéramos mencionarlos. El ejemplo aquí puesto de la ciudad de Málaga estoy convencido que vale para el conjunto del país, no es una cuestión de color político, sino posiblemente del título que da pie a esta entrada: ¿prevenimos o prohibimos?. Por mi parte lo tengo más que claro y en ello llevo toda mi trayectoria profesional como Trabajador Social, PREVENCIÓN.

¿Alguien cree que es posible modificar de la noche a la mañana un modelo de ocio que por otra parte ha sido alimentado por las propias administraciones donde se ha primado más los intereses económicos, que los propios de la salud.? Sólo hace falta recordar y visualizar los modelos de fiestas que se viven en las localidades del norte, del sur, del este y del oeste de nuestro país (cada una con sus características), pero hay dos de ellas que son transversales a todas: el consumo de alcohol y la llamada "bulla" aquí en el sur. Eso ha significado más visitantes, más consumo, obviamente desarrollo económico, lo que no sabría decir es si para toda la ciudadanía por igual, lo que si me hago es otra pregunta ¿a costa de que?. Para nada quisiera que se entendiera esta entrada como prohibicionista: ni de sustancias, ni de fiestas, pero si que igual ha llegado el momento de replantearnos y reconsiderar de manera sincera y coherente lo que decimos y lo que hacemos.

(Puedes escucharlo también en formato podcast a través del siguiente enlace

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