domingo, 3 de febrero de 2019

La desigualdad avanza rápida, pero retrocede lentamente

La medición de la desigualdad establece una radiografía de las necesidades sociales en cada momento. De ahí que sus incrementos debieran de convertirse en señales de alerta y llamadas de atención para las administraciones públicas, ante las que poner en marcha políticas que vinieran a disminuirlas. La realidad española respecto a esta situación es preocupante, tal como viene indicando el Coeficiente GINI en los últimos años y que se puede observar en la gráfica.

Fuente: Elaboración propia a partir del INE

Este coeficiente es uno de los más utilizados a la hora de medir la desigualdad en un país, que toma el valor 0 en caso de equidad perfecta y el valor 100 en caso de desigualdad perfecta. Situando la desigualdad en el 34,1 en el año 2017, según la Encuesta de Condiciones de Vida (INE), con un incremento desde el inicio de la crisis económica en 2008 del 5,24%, y aunque desde el año 2014 se mantiene una tendencia descendente, ésta sólo se ha disminuido en 0,6 puntos. A diferencia del período 2008 a 2014, donde se incrementó en 2,3 puntos, con lo que de seguir a este ritmo decreciente tendrán que transcurrir 12 años para volver a los índices previos a la crisis, o lo que es lo mismo, en el año 2029 se podría volver a la situación que existía en 2008, tras veintiún años después.



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