domingo, 27 de diciembre de 2015

El 2015, un año de Trabajo Social


Escribir un blog a veces es como escribir un diario, salvando las diferencias, porque sin quererlo vas reflejando aquellas cuestiones de tu vida aunque puedan ser inquietudes o aspectos profesionales, que en el día a día te surgen y dejan su marca.

Cuando estamos a punto de finalizar este año llega ese momento que casi sin quererlo te lleva a recordar, aunque sólo sea por un instante, lo vivido durante el año que termina. Recordar momentos, personas, experiencias y vivencias positivas o negativas, alegres o tristes, en definitiva hechos que nos significaron y nos van dejando su huella a la vez que nosotros dejamos las nuestras. El disponer de un blog casi diario, me permite hacer esta parada en el tiempo para ver cuáles han sido esas huellas que me han marcado y que he querido compartir en el mundo casi infinito de internet.

En el mes de enero escribía sobre el Indicador Público de Rentas de EfectosMúltiples (IPREM), y el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), dos indicadores básicos de cara a calcular los salarios y otras prestaciones que van a poder recibir las personas. El IPREM se mantenía congelado desde el año 2010 en 532,51 euros y el SMI tenía una mínima subida de 3,30 euros, llegando a los 648,60, obviamente no era para tirar cohetes con estos datos.

El mes de febrero lo dedicaba a la "deseada", como suelo llamar a la futura nueva ley de Servicios Sociales de Andalucía, que siempre parece que va a llegar pero que no termina de hacerlo. Titulaba la entrada "nuevamente en el cajón", finaliza el año y ahí sigue, aunque parece que cada vez más cerca, las últimas noticias la sitúan para el próximo año 2016.

En marzo recogía el trabajo realizado por el Consejo Andaluz de Trabajo Social, donde se comparaban los diferentes programas políticos que se presentaban a las elecciones municipales en lo referido a los Servicios Sociales, un esfuerzo de pedagogía y transparencia donde de una manera muy clara se podían ver las diferencias, los modelos y como se retrataba cada partido político desde la visión que tienen del cuarto pilar del estado del bienestar.

Para abril el tema fueron los desahucios y la vivienda, algo que también aborde en el mes de octubre. El estar investigando en esta cuestión se vé que te marca, y no puedes pasar inadvertido cuando Málaga se sitúa a la cabeza de los desahucios en Andalucía, o cuando existían más de 82.000 personas como solicitante de una vivienda.

En mayo comentaba los datos que se hacían público por parte del INE dentro de la Encuesta de Condiciones de Vida, que reflejaba una España muy real. Con el umbral de la pobreza cada vez más bajo, pasando de los 8.831 euros en 2008 a los 7.961 en 2014, y con los ingresos medios por hogar en la misma sintonía: de los 30.045 euros en el año 2008 a los 26.154 euros, confirmando que cada vez somos más pobres.

Los meses de junio, julio y agosto, fueron meses muy profesionales y dedicados al Trabajo Social. Por una parte denunciando la disminución de profesionales en Andalucía, con un incremento de la ratio de personas a atender por cada Trabajador Social, donde se pasaba de 5.046 en el año 2009 a 5.465 personas en 2012. También aludiendo al II Congreso Provincial que la profesión celebraríamos en el mes de noviembre, todo un éxito, ahora lo puedo decir. Y como se estaban denominado las nuevas consejerías de Servicios Sociales tras las elecciones autonómicas, paradójicamente estos términos estaban desapareciendo, y como se suele decir de lo que no se habla no existe.

El mes de septiembre fué dedicado a los refugiados, y el retroceso en derechos que está suponiendo el no atender a estas personas como nosotros mismos, como estado, nos hemos mandatado al ratificar las normas internacionales que así lo exigen.

Y llegamos al mes de noviembre poniendo sobre la mesa como las administraciones "juegan" con los datos estadísticos, en ocasiones faltos de mayor transparencia y claridad, aludiendo a lo que en ese momento se estaba publicando en Andalucía respecto a la dependencia.

Tras este repaso llego a la conclusión que ha sido un año intenso, muy lleno de Trabajo Social que marca mi vida, y la seguirá marcando en el próximo 2016.

Feliz año.

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