Que la vivienda sigue siendo un problema para los
ciudadanos nadie lo pone en duda a estas alturas. Es raro no leer casi todos
los días alguna noticia relacionada con la imposibilidad de acceder a una de
ella.
Recordar aquí el derecho constitucional a una vivienda
digna y adecuada (art. 47), a nadie posiblemente le va a resultar nuevo o
desconocido. Pero habrá que seguir haciéndolo y como un pepito grillo
recordarlo y recordarlo. Igual estamos en un buen momento, en un mes tendremos
nuevas elecciones.
Seguro que por el título de la entrada has adivinado
de que va, pues si durante todo el año pasado, 2015, se dieron por terminada
tan solo CINCO – 5 (lo pongo en letras y número para que no haya dudas)
viviendas con algún tipo de protección en Málaga, correspondiente tanto a
planes estatales o autonómicos. En cambio, en el mismo año las viviendas libres
que se dieron por terminada llegaron a las 1.288. Con lo cual tenemos que del
total de viviendas terminadas el 99,6% fueron libres y sólo un paupérrimo 0,4
de protección. No hay que olvidar que aún más, en los tiempos que corren, la
vivienda de protección viene a cubrir las necesidades que de la misma tienen
personas con dificultades económicas. Como son los jóvenes con unas condiciones
salariales de máxima precariedad.
Unas viviendas de protección que como se aprecia en el
gráfico, durante los últimos seis años no han hecho, sino que decrecer en su
número en nuestra provincia.
Como se suele
decir una imagen vale más que mil palabras, y en este caso creo que la gráfica
lo expresa todo. Y que las administraciones públicas sólo hayan sido capaces de
poner a disposición de los ciudadanos cinco viviendas en todo un año, debe de
hacer saltar todas las alarmas si realmente se está gobernando para atender las
necesidades de las personas. No es una cuestión de echar culpas a nadie, porque
en éste ámbito la coordinación interadministrativa es de lo más necesaria y
sensata, y viene a demostrar realmente cuáles son las prioridades a la hora de
ejercer políticas sociales.