martes, 18 de agosto de 2020

El Trabajo Social comunitario, ¿aburguesado?

En los tiempos tecnológicos que corren he recurrido al Diccionario Enciclopédico Larousse que algunas/os aún mantenemos en casa, para localizar la definición de "aburguesarse", que recoge como: "Volverse burgués", consultando esta dice: "Relativo a la burguesía; miembro de dicha clase social", así que me voy a burguesía que la define como: 

Fuente: https://concepto.de/burguesia/
"Categoría social que comprende a las personas relativamente acomodadas que no ejercen un oficio de tipo manual // En términos marxistas, clase social dominante en el régimen capitalista, propietaria de los medios de producción y de cambio"

No es mi intención afirmar que el Trabajo Social, y de manera específica el denominado comunitario, se haya aburguesado. Pero si que este es un término que se suele utilizar para definir que alguien se ha relajado, se ha acomodado respecto a los objetivos y funciones que debiera desarrollar. Circunstancia esta que puede tener diversos orígenes, bien por cansancio, por dejadez, por desilusión, por desinterés, por complicidad, ...

La propia definición de Trabajo Social viene a plantear que no sólo somos una profesión sino también una disciplina académica "... que promueve el cambio y el desarrollo social, la cohesión social, y el fortalecimiento y la liberación de las personas" (FITS, 2014). Siempre he considerado el ámbito comunitario desde donde mejor se pueden, y se debieran, desarrollar estos objetivos, desde promover el cambio a liberar a las personas (entiéndase en su sentido más amplio), sin obviar que en otros ámbitos también se han de desarrollar.

Hay coincidencia en los análisis que desde hace algunos años se viene haciendo sobre el modelo de intervención que se está desarrollando, donde el Trabajo Social se ha ubicado (nos ubican) como una profesión para la gestión de recursos, para la dispensación de prestaciones, para el "control" de la población.  Sin que se desarrolle una intervención directa sobre las causas que generan la gran mayoría de las situaciones que se encuentran en el porqué de muchas de las situaciones a las que se tienen que enfrentar los miles y miles de personas que año tras años son atendidas por las y los trabajadores sociales, desde lo público a lo privado, pasando por el tercer sector.

Un Trabajo Social transformador y que promueve el cambio, debiera ser un Trabajo Social que no se limita a facilitar información o tramitar expedientes, sino que acompaña y se hace presente en el día a día de las personas que son objeto de su intervención. En sus espacios de encuentro y de vida, que obviamente supera las cuatro paredes de un despacho, la exactitud de un horario de entrada y salida, la rigurosidad de una norma que no pone a la persona en el centro ..., y aunque estoy convencido que hay cientos, miles de compañeras y compañeros que así actúan en el día a día, si que percibo esa relajación y acomodo que define el concepto de burguesía. 

Como se diría en Twitter, abro hilo...

(Puedes escucharlo también en formato podcast a través del siguiente enlace https://www.ivoox.com/trabajo-social-comunitario-aburguesado-audios-mp3_rf_55339616_1.html)

3 comentarios:

  1. Ayer por la tarde estuve leyendo un artículo de Arantxa Hernández Echegaray (2019) que retrata las voces de personas expertas en servicios sociales. Muchas de estas expertas manifestaban que desde la creación de los servicios sociales en los 80´s, se han vivido algunas épocas florecientes, sobre todo porque los programas políticos de algunos partidos han tratado de incorporar el bienestar social como punta de lanza de sus políticas, como ocurrió en el 1982 que es la fecha en la que se publica la primera ley de servicios sociales regional. Luego, a principios de 1986 España entra a formar parte de la Comunidad Económica Europea y esto también se transformó en una exigencia por equiparar los servicios y las ayudas sociales al nivel de nuestros vecinos europeos, o al menos, para no estar tan lejanos a ellos. Si, se han vivido épocas buenas en los servicios sociales que han permitido realizar un trabajo coordinado y muy cercano a las personas; sin embargo, las perversas dinámicas políticas y de gestión han provocado que las lógicas de las intervenciones sociales se relacionen más con el DATO o CIFRA NUMÉRICA del expte. atendido y la resolución administrativa correspondiente, de manera que “en el interín” se ha dejado de lado el valor de lo relacional. Conozco muchas profesionales que tienen unas cifras de SIVO semanales (presión asistencial) que impide tener una atención superior a 40-50 min./persona. Además, a partir de la crisis de 2008, que alcanzó sus máximos a partir de 2012, provocaron que la misión esencial del Sistema Público girara, parafraseando a Luis Barriga (2012) en torno a la cobertura de las necesidades materiales más básicas y elementales de todo ser humano: alimentación, vestido, techo... Lamentablemente, la situación actual sigue apuntando a escenarios en los que las atenciones que se demandan exceden las posibilidades reales de ayuda. Observo mucha impotencia y desgaste en la profesión, y cada vez escucho más confesiones del tipo: “si pudiera volver atrás, me dedicaría a otra cosa”. Creo que habrá una parte aburguesada, porque además la Administración muchas veces genera esos modelos de profesional; como afirma Alfonso Blanco en su libro subtitulado “Los tres amores del funcionario radical” (2013). Cuando en la pirámide de Maslow seguimos centrados en la cobertura de lo básico, pero sin recursos básicos suficientes, se genera un desgaste automático que impide involucrarse de manera auténtica con el otro, y aparece el Síndrome de Fatiga por Compasión, en una actitud cínica del “nada funciona, nada vale para nada…”. En fin, gracias por compartir esta entrada de blog porque da para pensar mucho y favorece la discusión. Desde hace algunos años creo que el burnout está bastante generalizado en la profesión y genera mala práxis, aunque no haya conciencia de ello.
    Escuché a la filosofa Adela Cortina decir en una conferencia que muchas veces los profesionales tienen que ser auténticos heroes para hacer lo mínimo exigible a su profesión (el telos), pues las organizaciones están viciadas de tal manera que sólo presentan obstáculos. La ética, de hecho, se encarga de mirar hacia esas zonas oscuras, para tratar de reflexionar sobre lo que sucede y ponerle remedio. Gracias Rafa, y disculpa la extensión de mi comentario. Tenemos que leernos más entre nosotros. Un abrazo. Inmaculadasol.
    Barriga, L. (2012) Crisis y servicios sociales. www.Elmundo.es
    Blanco, A. (2013) Inteligencia Actitudinal e Innovación Cultural en las Organizaciones Públicas. Los 3 Amores del Funcionario Radical. Innap Innova.
    Hernández Echegaray, A. (2019) Retos de los Servicios Sociales en España según la opinión experta en Trabajo Social. Alternativas. Cuadernos de Trabajo Social. Alicante.

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  2. Tota la raó del món. Res a dir. Gràcies per ser tan clar i dir el que moltes fa anys constatem.

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  3. Sólo emitiré una frase que nos ha de definir: pagina 204,3er parrafo, doctrina del shock.
    👍🏿

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