viernes, 16 de junio de 2023

El Trabajo Social, profesión "inquieta"

Igual denominar al Trabajo Social con el término de ser una profesión "inquieta", se puede considerar como suave y no a la altura de lo que la profesión es o debiera de ser, podría haberla denominado como "El Trabajo Social profesión revolucionaria", "El Trabajo Social profesión activista", "El Trabajo Social, profesión de acompañamiento", "El Trabajo Social, una profesión"... Pero creo que en los tiempos que corren y visto lo visto, la definiría simplemente como "inquieta". Aunque incluso también puede ser considerado este término como excesivo.

Es cierto que desde nuestro código deontológico o la definición que de la profesión realiza la FITS (Federación Internacional de Trabajo Social), se encuentra muy presente donde debiéramos de estar, que posturas asumir ante las problemáticas sociales que se encuentran incrustadas en el sistema, con la desigualdad como eje principal, y donde se sitúan los objetivos alcanzar como profesión, que a su vez es difícil desconectarlos del nivel personal. 

La historia nos ha demostrado que cuando más avances sociales y por ende teóricamente mejoras en este ámbito se han producido, ha sido cuando la ciudadanía se ha mostrado activa, participativa y con actitudes de cambio. Aunque sea a costa de ser repetitivo, los logros que en el campo social, educativo, sanitario, en definitiva personal, disfrutamos en la actualidad, no fueron posibles sin el compromiso y el esfuerzo de miles de personas que incluso a riesgo de sus propias vidas estuvieron ahí para alcanzarlos. Es esencial que no se pierda de vista ni se olvide, quien no cuida su memoria no sólo desconoce de donde viene, sino que es más vulnerable ante posibles retrocesos que se pueden llegar a considerar dentro de la normalidad.

El Trabajo Social en ese transcurrir de la historia ha jugado un papel importante, posiblemente menos conocido de lo que ha significado, igual el hecho de atender las "miserias", los "pobres", ubicado en espacios de asistencialismo y voluntarismo, con una presencia mayoritaria de la mujer, a la que desde el sistema patriarcal se le viene dando una menor consideración sobre su trabajo (techo de cristal, brecha salarial ...), todo lo que no sea cosa de hombres ya sabemos ... ha originado la pérdida del valor real que ha supuesto muchos de los cambios propuestos o muchos de los logros alcanzados.

Los tiempos que corren y los que parece se avecinan, ponen a nuestra profesión ante la tesitura de seguir siendo "inquieta", a veces inactiva e individualista, o realmente pasar a jugar un papel mucho más activo en todos los sentidos y espacios. No sé si con ser sólo "inquietas", alcanzaremos los objetivos que como profesión se nos exigen, como dije en una ocasión el tiempo nos irá dando respuestas, y el futuro se encuentra por escribir.

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