sábado, 9 de mayo de 2020

De la crisis sanitaria a la escolar, pasando por la social

Se van a cumplir dos meses desde que el día 14 de marzo se declaró por primera vez el estado de alarma ante el COVID-19, dos meses de confinamiento como medida esencial para frenar la "famosa curva", y hacer frente al virus. 

En este tiempo han sido miles las noticias relacionadas con la crisis sanitaria para la que no se estaba preparado, ahora se le pide explicaciones y cuenta al estado, a las comunidades y a los ayuntamientos cada cual en su ámbito competencial, para que que hagan frente a los problemas de salud que genera el virus. Resulta paradógico que aquellas/os que desde hace años vienen defendiendo un modelo neo liberal donde lo "privado es más eficiente que lo público", de pronto se han cambiado la chaqueta y su propio discurso, llegando incluso a convertirse en los mayores defensores de lo público, bienvenidos, nunca es tarde para un converso. Aunque si te la pueden "colocar" aún en esta situación lo intentan, y ejemplos tenemos muchos.

Pero mientras se hace frente a esta crisis sanitaria y se habla muy mucho de la crisis social que ya está aquí, donde son miles las familias que no disponen de recursos para atender sus necesidades más básicas: comida y alojamiento. Pero también desde la necesidad de atención psicosocial ante nuevos escenarios como pueden ser: pérdida de seres queridos, pérdida del trabajo, conflictos familiares, incremento de las adicciones, ... donde los Servicios Sociales desde su función de interacción con las personas, necesitan con máxima urgencia un incremento en sus recursos humanos, económicos y materiales, y que se encuentren abiertos en su totalidad a la ciudadanía desde donde hacer efectivo y real de que son SERVICIOS ESENCIALES, y como tales no pueden permanecer cerrados (en aquellos casos que lo estén) por mucho teletrabajo que se pueda estar realizando. 

Fuente: https://www.gndiario.com/curso-escolar-coronavirus-clases

Se nos avecina una tercera crisis: la escolar, de la que detecto que se habla menos pero que no por ello se puede obviar. De las primeras medidas que se adaptaron fué la de suspender las clases escolares en todos los niveles desde infantil al universitario. Se paso de un modelo de formación presencial a un modelo de formación online, de un día para otro. Donde docentes y alumnado tuvieron que cambiar el "chip" en veinticuatro horas, en muchos de los casos sin estar preparados tanto desde la capacitación personal como de disponer de los recursos técnicos necesarios. Este curso se va a solventar de la mejor manera, los meses que quedan se van a resolver con imaginación, flexibilidad y mucho trabajo por todas y todos. 

Aún así los grandes olvidados están siendo los miles de menores y familias que ni "saben ni tienen", la llamada brecha y analfabetismo digital se muestra con toda su crudeza y realidad. Y así tenemos que según el INE, en el caso de Andalucía, de 622.711 viviendas con ingresos inferiores a los 900 euros, un 44,4% no dispone de ordenador, lo que en valores absoluto supone un total de 276.483, situación que afecta a más de setecientas mil personas. Y no es suficiente en este momento con facilitar un ordenador a estas personas, que ya sería un paso, porque hay que aprender a utilizarlo, hay que dotarlo de programas informáticos, hay que facilitar el acceso a internet ... cuestiones todas ellas que no se resuelven tan fácilmente pero de las que se desconoce si se están haciendo y hasta donde están llegando. 

Si la crisis sanitaria ha dejado miles de muertos, la crisis social muy posiblemente va a seguir incrementando la desigualdad y la pobreza, la crisis escolar puede suponer un retroceso en el futuro de las próximas generaciones.

(Puedes escucharlo también en formato podcast a través del siguiente enlace

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