jueves, 30 de diciembre de 2021

De vuelta a Piranji, volviendo por navidad


Hace siete años que viene por primera vez a este lugar, un territorio árido y duro para la vida, pero a la vez donde se desprende sentimiento de comunidad. Aquí he podido pasar noche buena y el día de navidad, sin grandes luces, escaparates y/o consumismo. 

El acontecimiento de la tarde como si fuera de un enfrentamiento Real Madrid - Barcelona, fueron los partidos que jugaron los equipos de las diferentes iglesias que se están implantando en este territorio, al mejor estilo de la zona con campo de tierra y en un entorno natural cien por cien, y por supuesto sin zapatillas, donde se llega apreciar el disfrute de las pequeñas cosas.

En estos años pocas cosas han cambiado, si cabe la mejora de alguna de las casas y por fin disponen de una pequeña laguna, en lo que respecta al transporte y a la estrada que permite la comunicación todo sigue igual, pero posiblemente eso es parte del entorno y un cambio haría que ya no fuera lo mismo. 

La pandemia por aquí es casi inexistente, lo cuál es un alivio para sus moradores, que tan poco se encuentran muy preocupados, igual para el virus esta zona es inhóspita y hostil, así que mejor que lo continúe siendo. 

La interacción con las personas, el acompañar sus procesos y estar en su realidad, considero que son las tres claves que definen de manera acertada cualquier intervención y acción que se desarrolle desde el Trabajo Social. Estos días donde me he sentido uno más en Piranji, me lo confirman si cabe aún más. Gracias.

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