martes, 29 de marzo de 2016
lunes, 21 de marzo de 2016
Hablando de adicciones
Recuerdo en los años 90 cuando comencé a conocer la
problemática de las adicciones, a participar en las asociaciones que se
creaban, donde incluso llegué hacer prácticas de la carrera en una de esas
entidades. Y luego más tarde un grupo de compañeras/os nos embarcaríamos en un
proyecto desde una entidad de prevención en la que aún hoy sigo. Eran tardes de
sábado en terapia con familiares en un espacio reducido donde la gente se tenía
que quedar de pie, eran años donde el “boom” de las adicciones estaba en su
cénit y se situaba entre los principales problemas sentidos por los ciudadanos
cuando el CIS lo preguntaba.

Y aunque han pasado casi treinta años de aquellas fechas, hay un elemento que después de tanto tiempo me sigue molestando bastante, porque como digo después de tantos años, hay cosas que siguen igual o peor. Esa doble moral que se sigue utilizando, cuando hablamos de “alcohol y drogas”, ¿por qué se siguen diferenciando?
Droga: “Aquellas sustancias, naturales o sintéticas, cuyo
consumo pueda generar adicción o dependencia, o cambios en la conducta, o alejamiento
de la percepción de la realidad, o disminución de la capacidad volitiva, así
como efectos perjudiciales para la salud.” (Art. 3. Ley 4/1997 de Prevención y Asistencia
en Materia de Drogas). Leer esta definición de droga que recoge la ley de la
Junta de Andalucía, nos sitúa en lo que es el alcohol, una droga sin más.
Desde el año 1995 el Plan Nacional sobre Drogas viene
realizando una encuesta con carácter bianual, sobre Alcohol y otras Drogas (nuevamente
surge la diferenciación), con la denominación de EDADES. La última realizada
corresponde a los años 2013/2014, de la que se pueden extraer entre otras
algunas consideraciones:
- Desde 2011 hay un aumento en el consumo de sustancias legales como el tabaco, el alcohol y los hipnosedantes.
- La edad media en el consumo de alcohol y tabaco, se sitúa en los 16 años, y el cannabis en los 19.
- El 4,9% de los encuestados tienen un consumo problemático de alcohol, de los que tendrían un consumo de riesgo el 4,5% (1.600.000 personas).
- El 10% tienen un consumo diario durante los últimos 30 días.
Se podría continuar valorando otras variables y extrayendo
conclusiones, lo que sí es una realidad que después del tiempo transcurrido, las
adicciones han dejado de ser vista como un “problema”. Aunque afecten de manera
directa a cientos de miles de jóvenes, y esa dependencia sobre una sustancia
ahora se convierta en dependencia a un aparato o a un medio de comunicación
como es internet. Sólo estas nuevas realidades hacen que de pronto se gire la
mirada sobre qué es lo que está ocurriendo, y tenga todo su sentido las
reflexiones que en 1992 realizábamos desde la Federación Andaluza de
Drogodependencia ENLACE, en el documento “Correlaciones entre modelo social en
el que vivimos y drogodependencias”, y que desde una visión muy crítica se
decía: “… debemos tender hacia un nuevo sistema económico que esté sustentando
en otros pilares, no de injusticia social sino de equilibrios, no de
crecimiento vertical sino horizontal, evitando que para crear riqueza haya que
crear pobreza a su vez.”
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