Recientemente la Fundación Luis
Vives publicaba un estudio sobre la presencia de las Redes Sociales en las ONG.
Según este estudio la “red de redes” por llamarle de alguna manera, es
Facebook, donde el 94% indicaba que tenía presencia, seguida de Twitter y
Youtube. Podemos afirmar que todas ellas son plataformas óptimas de
comunicación y relaciones, experimentando desde el año 2009 un incremento en
cuanto al número de usuarios.
Tres años después podemos decir
que las redes sociales no sólo han venido para quedarse, sino que forman parte
ya de nuestro entorno digital natural.
Cientos de miles de usuarios
hacen uso de ella a diario de manera normalizada y natural, nosotros como
trabajadores sociales no podemos sino que aprovechar todo su potencial, de manera responsable, para que nos sirvan
como un instrumento más a la hora del desarrollo de nuestras actividades.
Las redes sociales nos permiten
una cercanía y una línea de comunicación que ha superado cualquier otro medio
anteriormente utilizado. Nadie hubiera podido pensar que una actividad que
tanto para su diseño, organización como para el desarrollo de una publicidad
adecuada años atrás nos hubiera supuesto varios meses de trabajo, hoy la
podemos poner en marcha en pocos días, donde además los costes a su vez se ven
muy reducido.
Pero no sólo desde el punto de
vista del desarrollo de actividades las redes sociales nos facilitan su
implantación, sino que a la vez nos sitúa ante un campo cuasi ilimitado en lo
que a comunicación se refiere. Nos facilita la independencia comunicativa sin
necesidad de depender de que sean otras personas las que consideren que tal o
cual actividad es “noticia”, y por tanto merece ser difundida. Más cuando nos
movemos en un campo, el social, que en la gran mayoría de los casos no suele
ser centro de los grandes medios de comunicación.
Todo esto nos debe de mantener en
alerta a fin de conocer en todo momento cuales son aquellas redes más
populares, cuáles son las que más se acercan y son más utilizadas por los
sectores de población con los que trabajamos o al que van dirigidas nuestras
actividades, en donde de manera natural la utilización de las redes sociales
pase a forma parte de las actividades en el diseño de cualquier plan, programa
o proyecto que realicemos. O incluso haciendo gala de nuestra creatividad y
originalidad, seamos capaces de implantar redes propias de trabajo y para el
trabajo social.
Siendo el intercambio de
experiencias, otra vía donde las redes sociales nos ofrecen una magnífica
plataforma a través de la cual podemos llegar a otros profesionales,
instituciones y público en general. Que nos permitirá no sólo el dar a conocer
nuestra profesión y el conjunto de trabajos que venimos desarrollando, sino que
a la vez la enriquecerá con las diferentes aportaciones que se vayan
realizando.
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